Juan E. Velázquez
México.- Tras advertir que México está al borde de un Estado fallido, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia Penal dio a conocer el Ranking 2023 de las 50 ciudades más violentas del mundo, donde destaca que Colima ocupa el primer lugar, al registrar una tasa de 140.32 homicidios por cada 100 mil habitantes.
De acuerdo al estudio Ciudad Obregón se colocó en el segundo sitio, Zamora en el 4°, 5° Manzanillo, 6° Tijuana, 7° Zacatecas y Juárez en el lugar 10.
En conferencia de prensa José Antonio Ortega Sánchez, presidente del CCSPJP precisó que 16 ciudades mexicanas aparecen en la lista de ciudades violentas a nivel mundial. Señalo que en la presente administración que encabeza Andrés Manuel López Obrador suman más de 40 mil desaparecidos y su política de seguridad no ha funcionado, pues los abrazos son para el crimen organizado y los balazos para la ciudadanía.
“Abrazos para los delincuentes, para los homicidas, para los narcotraficantes y balazos para los ciudadanos. Abrazos no balazos no ha funcionado, ya tiene más de 5 años y lo que vemos son 16 de las 50 ciudades más violentas del mundo dentro de este horroroso ranking del que no quisiéramos que nuestras ciudades mexicanas estuvieran”.
En su oportunidad, Leonardo García, coordinador general de Misión Rescate México, destaco que en el país se maquillan las cifras oficiales para minimizar el clima de inseguridad que se vive en territorio nacional y advirtió que las elecciones en puerta no están exentas.
“Yo creo que las consecuencias de esta estrategia fallida de abrazos no balazos van a tocar todos los ámbitos de la vida cotidiana de los mexicanos, incluyendo las próximas elecciones”.
Reiteró que en México la violencia, cuya magnitud trata de ocultarse mediante la falsificación de cifras, no sólo se ha mantenido sino que ha tomado un curso de mayor gravedad.
Señaló que es muy probable que los índices sobre incidencia de homicidios sean superiores a las que este estudio consigna. Dijo que la situación del país es resultado de gobiernos omisos en su obligación legal de garantizar la seguridad de los gobernados.
JJ